Orígenes de Broadway: Historia del teatro musical en Nueva York

Que Broadway es el espacio por excelencia a nivel global para acoger espectáculos teatrales no lo duda nadie. Desde que tenemos memoria ha sido así y es difícil que eso vaya a cambiar. 

Por ese motivo conocer más sobre su historia, algunas curiosidades y cómo se accede y otros “pormenores” del lugar puede resultar muy interesante, especialmente si te encanta este arte y, por supuesto, si pretendes ir de viaje a Nueva York y asistir a alguna sesión de para disfrutar de los mejores musicales del mundo en Broadway.

¿Qué es Broadway?

Bien. Si nos ponemos exquisitos, Broadway realmente es una calle de New York, su avenida norte-sur más antigua, de hecho, además de ser enorme, dicho sea de paso.

Con la colonización, el asentamiento y el “nacimiento” de Nueva Ámsterdam, se adquieren las costumbres europeas y se busca dar comodidades a los colonos.

Es en esta avenida donde se empiezan a implantar espacios destinados al tipo de ocio que nos ocupa, pues ya se había elegido como un distrito residencial y de ocio de alto confort. 

De esto deducimos que Broadway no es un recinto como tal sino un lugar, con distintas pero muy cercanas ubicaciones, donde a día de hoy tienen cabida las mejores representaciones teatrales del mundo. Actualmente el total de espacios es de 41 teatros que se reparten en la zona de la Avenida Broadway que se conoce como distrito teatral.

En cuanto a la programación, esta se realiza, salvo excepción, de martes a sábado para sesiones nocturnas, además de contar con una sesión matinée (por la tarde) en miércoles, sábado y domingo.

La historia de Broadway

En poco tiempo y especialmente en los años 20 pasa a que el corazón de la industria del teatro en el país. En estos años se representaron dos de los títulos que jamás se olvidarán y que, de hecho, podemos seguir viendo a menudo, “Cabaret” y “Chicago”.

La depresión de los 30 hace mella en el sector pero Broadway, al estar tan consagrado y ser el lugar favorito de la clase alta, no sufre tanto el varapalo y resurge bastante rápido buscando que la población vuelva a la normalidad gracias al ocio y el entretenimiento.

Con el transcurrir de los años se empiezan a acoger obras más arriesgadas y con fusión de estilos, incluyendo representación de temáticas más delicadas, dando un lugar más protagónico a la voz y la danza, incorporando algo de acrobacia, etc. teniendo un éxito considerable y haciendo que el musical se convierta en el espectáculo más demandado y, por tanto, más representado, con diferencia, desde hace muchísimos años. En décadas posteriores descubrimos, por ejemplo, “Hamilton” o The Lion King”, aún vigentes.

Su fama ha hecho que, época tras época, las exigencias de Broadway sean cada vez mayores en cuanto a calidad artística en general, actuación, voces, escenografía y espectacularidad. A día de hoy, sólo las representaciones más top (especialmente musicales) tienen cabida en sus salas.

Esto hace que acudir a New York e ir a un pase sea una experiencia mágica y que, por ende y gracias a la variedad de títulos, nos guste más o menos el teatro, aprovechemos, sí o sí, para acudir y poder contar la experiencia, que es espectacular, especialmente si la acompañas de un buen paseo para ver la cartelería y la iluminación así como las vestimentas del público.

Broadway ya ha dejado una huella imborrable en relación al arte/entretenimiento, es un referente a todas luces, el representante de mayor nivel del teatro comercial y el lugar al que todos los amantes de las artesa desean ir una vez en la vida.

Esto hace que Broadway sea ya, nos guste más o menos, un sinónimo de atracción turística en la ciudad, pues genera unas ganancias innumerables y que aumentan cada año. Además, muchísimos turistas que acuden a New York, aunque no deseen disfrutar de ninguna representación (o no puedan por los precios o por haberse quedado sin entrada) se acercan solamente a recorrer la avenida y, como decimos, señalar la cartelería y hablar sobre los títulos que conocen y los que no, tal y como si estuviesen viendo un monumento o paseando por Central Park.

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